Religion en nicaragua 2022

Nicaragua población musulmana
Contenidos
La misa del sábado se celebró después de varias medidas contra la Iglesia en las últimas semanas, incluida la investigación y el confinamiento de un destacado sacerdote que se había mostrado crítico con el gobierno del presidente Daniel Ortega. Un día antes de la reunión, el Vaticano expresó por primera vez su preocupación por las recientes actuaciones en el país latinoamericano.
A principios de agosto, el gobierno de Ortega cerró siete emisoras de radio propiedad de la Iglesia y anunció una investigación sobre el obispo Rolando Álvarez, que lleva casi dos semanas confinado por la policía en el recinto eclesiástico de Matagalpa junto con varios sacerdotes más.
El gobierno acusa al obispo de promover el odio e incitar a la violencia. Antes de confinar a Álvarez, la policía había confinado a un sacerdote en Sebaco, también parte de la diócesis de Matagalpa, durante varios días antes de permitirle finalmente salir.
El viernes, el observador permanente del Vaticano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), monseñor Juan Antonio Cruz, expresó su preocupación durante una sesión extraordinaria del consejo permanente del organismo y llamó a "encontrar caminos de entendimiento basados en el respeto y la confianza recíprocos, buscando ante todo el bien común y la paz".
Nicaragua noticias de religión
La Policía Nacional de Nicaragua saca a punta de pistola de la rectoría episcopal de Matagalpa a un obispo que ya se encuentra en arresto domiciliario. Le obligan a ponerse de rodillas, una postura que acostumbra a adoptar, aunque siempre para hacer una genuflexión ante el Todopoderoso. Esta vez, suplica por su vida ante el altar de Ortega-Murillo, la pareja dictatorial que gobierna Nicaragua. Así fue hace varios meses para el obispo Rolando Álvarez, que creó sin quererlo una de las escenas más icónicas de la lucha de Nicaragua por recuperar su democracia. En la última fase de su represión, el régimen Ortega-Murillo ha alcanzado nuevos niveles de depravación con un ataque a la Iglesia católica del país, deteniendo a casi una docena de religiosos, acusándolos de "desestabilizar" Nicaragua y cerrando los medios de comunicación eclesiásticos. Como uno de los últimos bastiones de la libertad de expresión y el pensamiento liberal, estos ataques contra la Iglesia Católica son muy graves y exigen una respuesta internacional contundente. Aprovechando las herramientas de la legislación existente y las Órdenes Ejecutivas, la administración Biden y la comunidad internacional deben aumentar urgentemente la presión sobre Ortega-Murillo para revertir la consolidación de una dictadura dinástica en América Central.
Prohibición religiosa en Nicaragua
En los últimos meses, el gobierno de Nicaragua ha intensificado sus esfuerzos por silenciar la disidencia mediante una campaña sistemática de represión contra la Iglesia católica. La represión del presidente nicaragüense Daniel Ortega y de la vicepresidenta Rosario Murillo contra el clero y las organizaciones eclesiásticas críticas con su régimen autoritario no sólo amenaza la libertad religiosa de Nicaragua, sino que erige importantes obstáculos para el retorno del país a la paz y la democracia.
Xiomara Tinoco reza en la Catedral de Matagalpa, en Matagalpa, Nicaragua, el 4 de agosto de 2022. La detención del obispo Rolando Álvarez fue la última medida del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, contra la Iglesia Católica Romana. (Inti Ocón/The New York Times)
Antes de la crisis de 2018, con notables excepciones, el gobierno nicaragüense reconocía la libertad de conciencia de los miembros del clero y su papel como autoridades respetadas por muchos nicaragüenses. De hecho, Ortega pidió inicialmente a la iglesia que mediara en los diálogos entre su gobierno y los manifestantes que pedían su destitución. Sin embargo, cuando las iglesias se convirtieron en santuarios de acciones no violentas contra el gobierno y algunos clérigos se hicieron oír en sus críticas al retroceso democrático del gobierno, el régimen de Ortega tachó a la Iglesia de enemiga. Destacados prelados, como los obispos Silvio Báez y Abelardo Mata Guevara, fueron amenazados de muerte y acusados de insurrección, lo que obligó a algunos a restringir su labor pastoral y a otros a exiliarse. Las iglesias y los feligreses que proporcionaban ayuda humanitaria a los manifestantes antigubernamentales, especialmente jóvenes y estudiantes, fueron atacados e intimidados por agentes del gobierno y sus aliados ciudadanos.
Gráfico circular de la religión en Nicaragua
Colombia no tiene religión oficial. Sin embargo, el catolicismo romano es la fe dominante y está profundamente arraigada en la cultura. Aunque el departamento nacional de estadística no registra las afiliaciones religiosas de la población, diversos estudios y encuestas sugieren que aproximadamente el 90% de los colombianos son cristianos. Las estimaciones más recientes publicadas por el Pew Research Centre en 2014 proponen que el 79% de la población se identifica como católica, mientras que el 13% se identifica con el protestantismo. Se cree que otro 6% de la población colombiana no está afiliada a ninguna religión, mientras que el 2% sigue alguna otra religión, incluidas otras variantes del cristianismo.1
La religión, en concreto el catolicismo, está profundamente arraigada en la vida pública de Colombia. Esto es visible en el lenguaje. Por ejemplo, se pueden oír las siguientes frases a diario: "Si dios quiere", "Dios te bendiga" y "Gracias a dios".
El movimiento hacia el protestantismo se ha producido en las últimas décadas. Sin embargo, el tema de la identidad y la diferencia religiosas no tiene mucha importancia pública en Colombia. Mucha gente ve la fe como parte de su identidad, transmitida por la familia y la nación como herencia cultural. Casi todos los colombianos creen en Dios y son de religión católica. Por ejemplo, el 74% de los protestantes se criaron en el catolicismo y el 84% fueron bautizados con la Iglesia católica.2 En general, los ateos se consideran una minoría y se espera de ellos que participen en los actos y festivales católicos a pesar de todo. Existe un debate más amplio sobre el poder y la influencia de las instituciones religiosas en la política y la sociedad.